martes, 6 de noviembre de 2007

LOS CAMBIOS QUE NOTAMOS HOY EN LA DOCTRINA TRINITARIA

La trinidad se ha venido manifestando a través de la historia, donde el mismo pueblo de Dios lo ha percibido en cada una de sus intervenciones, pero hoy día tenemos que percibirla no solamente desde lo que nos dicen los concilios y los padres de la Iglesia sino en las cosas que percibimos y hacemos, eso no quiere decir que todo el intento hecho por ellos sea algo obsoleto, ya que este esfuerzo por relacionar y demostrar la manera como tanto el Padre-hijo y Espíritu Santo, armónicamente se conjugan entre ellos siendo uno solo, es lo que hoy logramos entender como trinidad.

Es aquí donde el misterio de la trinidad se da y se sigue dando económicamente al ser humano para que lo acoja como parte de su naturaleza y se apersone de el.

Esto fue lo que hizo Dios al encarnarse en Jesús, dio a conocer su misterio por medio de su hijo, quien procede del Padre ya que ha sido engendrado por El. Aquí es donde actuá es Espíritu Santo quien procede del Padre y el Hijo, formando los tres una comunión donde el uno se complementa del otro, menos el Padre ya que es coeterno.

Esta misma comunión la podemos ver hoy de muchas maneras, donde le damos diferentes significados y cobran significaciones de las cuales nos aferramos a ellas que hacen que se enraícen en nuestras culturas y religiones haciendo de nuestra fe un fundamento para nuestra vida. Esta simbólica teológica de trinidad que se refleja hoy en nuestra sociedad, la encontramos o esperamos hallarla en: la familia, la iglesia, lo formal, la antropología etc. A nivel de simbología trinitaria, podemos observar hoy día en nuestros contextos culturales y religiosos que alrededor de ellos encontramos expresada la trinidad en muchos símbolos, pero no debemos quedarnos solo con el símbolo, sino que ello nos debe llevar a darle un significación a nuestra existencia y a nuestro mundo.

Esa significación es la que se ha venido buscando en nuestros contextos trinitarios, contextos en los cuales Dios se sigue revelando e intercediendo a favor de los marginados, donde no solamente se muestra como Padre, sino también como Madre, si, como un ser lleno de amor y afecto maternal, ese mismo afecto que recibió Jesús de su madre. Por ello, la trinidad no es solamente un símbolo que representa tres personas, sino que son tres personas llenas de amor, de vida, de afecto, de libertad.

Libertad que es recibida por medio del misterio de la trinidad, una libertad que nos lleva a la santidad en la comunión de cada uno de nosotros con el misterio trinitario. Misterio que hoy nos lleva no solamente a aceptarlo como algo divino o sacramental, sino que también al recibirlo estamos comulgando con el, así como se da la comunión del Padre con el Hijo, así mismo estamos en comunión no solo con ellos, sino que debemos reconocer que la trinidad se hace presente en la creación.

Pero la creación de la cual hacemos parte nosotros, debe no solamente hacernos reconocer la presencia de la trinidad en medio de ella, sino que también como teólogos debemos dejarnos invadir por las tres personas divinas para poder ver y criticar en que lugar estamos nosotros y la Iglesia ante los fenómenos sociales y religiosos que vemos hoy. Por lo tanto, el papel de la trinidad no es solo que reconozcamos que hay una comunión entre el Padre-Hijo y Espíritu Santo, sino que además nos exhorta a denunciar todo aquello que vaya en contra de lo que no es trinitario del amor de Dios, y a continuar reconociendo que la trinidad siempre ha estado presente en medio de la historia liberando al oprimido.


Arnoldo Fernández Castañeda. Ss.cc.


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