"Profundo es el mundo, mas profundo que el día.
Profundo es su lamento. El gozo, mas profundo
que el sufrir del corazón.
¡Pasa!, dice el lamento.
Todo gozo, empero, quiere eternidad,
quiere profunda, profunda eternidad".
Friedrich Nietzsche.
El texto de Paul Tillich, nos hace un aporte para comprender lo profundo y lo superficial de la vida. Pues, la palabra Profundo según el diccionario de la real academia española tiene varias acepciones dependiendo del contexto del término. Pero el significado que nos convence es lo "que penetra mucho o va hasta muy adentro". Pero también es el dicho de una persona: cuyo entendimiento ahonda o penetra mucho. (Filosofo, matemático, sabio). Profundidad significa el lugar o la parte onda de algo. En caso de un pensador, podríamos decir, la hondura o penetración del pensamiento o de las ideas.
En cuanto al sentido espiritual la palabra profundo posee dos acepciones: primero significa lo contrario de superficial o lo contrario de alto. La verdad no es superficial, es profunda. El sufrimiento es profundidad, no altura. La luz de la verdad y la oscuridad del sufrimiento son, las dos, profundas.
Todas la cosas visibles tienen superficies, lo primero que vemos de las cosas son sus aspectos superficiales, incluso estamos envueltos en un primer momento por la misma realidad superflua, lo que conocemos primero ya sean personas u objetos, conocemos primero lo que "parecen ser". Al querer trascender la superficie para conocer las cosas tal y como son en realidad, se empieza por una pregunta pero antes de la pregunta está la incertidumbre, la duda, y para poder superarlo es necesario preguntar ¿Qué hay más allá de esto que veo? Es decir, preguntando siempre por la verdad, porque la verdad no engaña, nos da certeza de algo. Nos lleva debajo de la superficie.
En el transcurso de la historia el hombre siempre ha buscado la verdad, se ha preguntado, cuestionado, lo que ayer descubrió como verdad, hoy lo pone en duda porque esta expuesto al exterior, a la superficie, y el hombre siempre tiende a lo que está debajo de la superficie.
Por otro lado, cuando nos encontramos frente a otro recibimos una impresión de ella, pero esa impresión nos puede llevar al engaño pero si nos vamos a un estrato mas profundo de su ser, somos menos expuestos al desengaño. Y si llegamos a ver, a oír algo que contradiga a la persona conocida y no lo habíamos descubierto de él, y observamos que todo lo que de ella conocíamos hasta el presente, no era sino superficie. Y volvemos a penetrar en su verdadera esencia.
Otro ejemplo, mas claro en el caso de la ciencia, también sucede lo mismo, siempre vuelve a cuestionar su raíz, su fundamento, de lo contrario no habría avance ni ciencia. La ciencia surge cuando se atreven a buscar lo último, lo más profundo de lo que se ha puesto exterior. Todas las investigaciones que ha realizado el hombre siempre tienden ir más allá, a lo último de la profundidad del pensamiento.
Podríamos decir, que se han hecho pasos hacia la profundidad de nuestro mundo, y nos corresponde a nosotros reflexionar sobre nosotros mismos, sobre aquellas de nuestras concepciones que tenemos por evidentes. El paso mas grande que podemos dar, es preguntar sobre el sentido de nuestro ser y el sentido de lo que hacemos. El crecimiento hacia la profundidad está en dudar nuestras propias afirmaciones de lo que decimos y de lo que hacemos. Hacer como el carpintero, como el zapatero que se pregunta si tiene sentido su vida al dedicar todo su arte haciendo zapatos.
Dicho de otra manera, la profundidad del pensamiento forma parte de la profundidad de la vida. Nuestra vida se mueve siempre en la superficie, porque siempre nos damos vueltas en nuestra propia rutina, nos movemos siempre en un circulo, en un movimiento continuo, lo único que necesitamos es hacernos un alto para penetrar hacia la profundidad, no podemos llegar a la profundidad sin pasar por la superficie, la superficie es la puesta de entrada.
Yo creo que se ha marcado el camino hacia la profundidad, muchos poetas, músicos, filósofos, religiones, grupos culturales y ciencias humanas nos han hablado sobre el camino hacia la profundidad, es decir, ha habido muchos testimonios de la misma experiencia.
Esas experiencias que nos dicen o nos indican que el final del camino hacia la profundidad es alegría. Porque la alegría es más profunda que el sufrimiento; la alegría es algo último y definitivo.
LA EXPERIENCIA
Hablar de experiencia, es algo complejo, porque la experiencia es el acto por el cual se toma conciencia de la propia relación con el mundo, consigo mismo, con el Absoluto trascendente, inmanente, como algo vivido históricamente, realizado no solamente pensado. Es pues, un concepto pluridimensional.
La experiencia tiene tres categorías:
La empírica: Es algo que todos podemos acceder a ello, "y abarca las percepciones inmediatas, precríticas, no sometidas a una reflexión, que componen a la vida cotidiana en nuestro contacto directo con el mundo que nos rodea". Esta primera parte es el punto de partida de todo conocimiento, pero es superficial, contiene elementos de una experiencia pero no una verdadera experiencia.
La experimental: Esto es lo contrario de lo anterior, porque se realiza reflexivamente y con un fin determinado dentro de condiciones previamente establecidas. Lo experimental es el instrumento del científico, porque a través de ello hace su estudio metódico y sistemático de los datos aportados por la experiencia empírica. Pero hay algo que el científico no puede someter a experimento y es específicamente lo humano, lo personal, no puede objetivarse, no puede reducirse a un dato directamente controlable, demostrable. Esta parte pasa a otra dimensión, se llama existencia.
La experiencial: Es parte de lo humano, lo personal que le llamamos existencial que esta incorporado a la totalidad de la experiencia humana, pues abarca varios dimensiones y niveles de la existencia misma. Que a continuación veremos los elementos de la experiencia existencial.
1. La experiencia se capta simultáneamente, la relación personal del sujeto que conoce con el objeto conocido. La toma de conciencia de la relación previa del sujeto con el objeto conocido, es reflejo de una situación en la que el hombre se encuentra implicado. Aquí supone la participación real del sujeto en el acontecimiento, lo cual implica la toma de conciencia de la alteridad del objeto conocido.
2. la experiencia requiere el encuentro inmediato con el objeto del conocimiento. Es conocimiento en cuanto que se me aparece, que cuanto que me es dado como manifestación inmediata, como algo que se me revela, que se da a conocer. La experiencia, pues, es presencia inmediata y directo de aquello que se muestra a si mismo.
3. la experiencia tiene su historicidad, su contexto social, es decir, no existe una experiencia aislada, abstracta, siempre la experiencia se da, donde esta situado el hombre. Precisamente la historicidad de la experiencia corresponde una apertura fundamental.
4. La experiencia se realiza en su historicidad, donde se da un cambio que se produce en el hombre, el cual a partir de su experiencia contempla el mundo y vive de diferente manera en él.
5. Las experiencias viven en la medida en que no están cerradas sino que permanecen en movimiento de apertura y esperanza. Es decir, bloquear una experiencia es no dejar crecer en conocimiento, al igual sustituir una experiencia por otra de tipo experimental es no tener apertura y esperanza. Hay que tener claro que la experiencia como forma de sabiduría nunca se agota. Y toda experiencia esta cruzada por la expectativa y el riesgo.
6. Lo que constituye la experiencia es el lenguaje. Considero que esta parte es fundamental y elemental porque es la que configura la existencia del estar en el mundo, del hacerse presente en el proceso abierto de la historia como un "yo" y no como cualquier objeto. El yo es para el otro en cuanto habla. El habla reside en el ser de la persona, es el que da identidad a la persona misma. El habla que se convierte en lenguaje es la clave para interpretar y comprender al otro. Ese lenguaje es un conjunto de códigos por lo tanto son signos, signos que son utilizados por el hombre para nombrar cosas. Por lo tanto esos signos no existen sino vehículos para expresar realidades y cosas.
Hasta aquí, hemos hecho un resumen de lo dicho por el Carlos Bravo, consideramos que lo empírico, lo experimental y lo experiencia o existencial son presupuestos elementales para un acercamiento a comprender nuestra fe. La fe por lo tanto, según nuestra interpretación tiene fases importantes: el cual, haremos un análisis de la fe genérica y la fe religiosa.
Partiremos desde el sentido del creer. Pues creer es tener una opción fundamental en la experiencia sobre algo o sobre alguien. Por ejemplo: creo que va llover – pues es la misma experiencia la que da una base para creer. O cuando decimos creo en ti. Lo decimos a partir de la experiencia. No se puede decir creo en Jesús sino se ha tenido la experiencia de Jesús. Aquí es notable, que es necesario construir la base de la fe a partir de la experiencia. Porque la fe brota de la experiencia, se fundamenta de la experiencia, es decir, la fe tiene como soporte a la experiencia.
Cuando acontece lo que es objeto del creer, ya no se cree, sino que se tiene certeza que brota de la evidencia o dominio del dato. La certeza no es fe porque es posterior a la fe. Por su naturaleza la fe descarta la evidencia. Dicho de otro modo, creer excluye la prueba o demostración.
¿Cuál es la relación entre fe y experiencia? A nuestro parecer todo creer supone una experiencia previa; pero nos corresponde interpretar esa experiencia. La experiencia es la condición para que haya fe. Porque todas las opciones razonables que hacemos o realizamos son actos de fe y su validez se demuestra en el proceso. Por ejemplo: un joven que tiene varias novias hace una opción razonable por una novia y durante el proceso del noviazgo comprueba la validez de la opción y se demuestra a través de la confianza y de ella misma se hace posible la entrega. Aquí es muy claro que la vida se desarrolla en la opción razonable, sin esa opción razonable o fe nadie se realiza. De esta experiencia cotidiana de una fe genérica podemos decir algo de la fe religiosa.
La fe religiosa: Es fe en un ser superior, en un absoluto trascendente, no importa como lo imagine, ni como lo llame. La fe genérica se refiere a los sentidos parciales; la fe religiosa se refiere al sentido total. La fe religiosa comienza donde termina la fe genérica. Es imposible tener fe religiosa si no se ha tenido fe genérica. La fe exige un compromiso, la fe religiosa exige no solo que Dios exista sino que sea posible comunicarse con él. No basta que exista, es necesario que el hombre tenga acceso a Dios y pueda unirse a él para encontrar en él su realización plena.
Antonio José Hernández
Profundo es su lamento. El gozo, mas profundo
que el sufrir del corazón.
¡Pasa!, dice el lamento.
Todo gozo, empero, quiere eternidad,
quiere profunda, profunda eternidad".
Friedrich Nietzsche.

En cuanto al sentido espiritual la palabra profundo posee dos acepciones: primero significa lo contrario de superficial o lo contrario de alto. La verdad no es superficial, es profunda. El sufrimiento es profundidad, no altura. La luz de la verdad y la oscuridad del sufrimiento son, las dos, profundas.
Todas la cosas visibles tienen superficies, lo primero que vemos de las cosas son sus aspectos superficiales, incluso estamos envueltos en un primer momento por la misma realidad superflua, lo que conocemos primero ya sean personas u objetos, conocemos primero lo que "parecen ser". Al querer trascender la superficie para conocer las cosas tal y como son en realidad, se empieza por una pregunta pero antes de la pregunta está la incertidumbre, la duda, y para poder superarlo es necesario preguntar ¿Qué hay más allá de esto que veo? Es decir, preguntando siempre por la verdad, porque la verdad no engaña, nos da certeza de algo. Nos lleva debajo de la superficie.
En el transcurso de la historia el hombre siempre ha buscado la verdad, se ha preguntado, cuestionado, lo que ayer descubrió como verdad, hoy lo pone en duda porque esta expuesto al exterior, a la superficie, y el hombre siempre tiende a lo que está debajo de la superficie.
Por otro lado, cuando nos encontramos frente a otro recibimos una impresión de ella, pero esa impresión nos puede llevar al engaño pero si nos vamos a un estrato mas profundo de su ser, somos menos expuestos al desengaño. Y si llegamos a ver, a oír algo que contradiga a la persona conocida y no lo habíamos descubierto de él, y observamos que todo lo que de ella conocíamos hasta el presente, no era sino superficie. Y volvemos a penetrar en su verdadera esencia.
Otro ejemplo, mas claro en el caso de la ciencia, también sucede lo mismo, siempre vuelve a cuestionar su raíz, su fundamento, de lo contrario no habría avance ni ciencia. La ciencia surge cuando se atreven a buscar lo último, lo más profundo de lo que se ha puesto exterior. Todas las investigaciones que ha realizado el hombre siempre tienden ir más allá, a lo último de la profundidad del pensamiento.
Podríamos decir, que se han hecho pasos hacia la profundidad de nuestro mundo, y nos corresponde a nosotros reflexionar sobre nosotros mismos, sobre aquellas de nuestras concepciones que tenemos por evidentes. El paso mas grande que podemos dar, es preguntar sobre el sentido de nuestro ser y el sentido de lo que hacemos. El crecimiento hacia la profundidad está en dudar nuestras propias afirmaciones de lo que decimos y de lo que hacemos. Hacer como el carpintero, como el zapatero que se pregunta si tiene sentido su vida al dedicar todo su arte haciendo zapatos.
Dicho de otra manera, la profundidad del pensamiento forma parte de la profundidad de la vida. Nuestra vida se mueve siempre en la superficie, porque siempre nos damos vueltas en nuestra propia rutina, nos movemos siempre en un circulo, en un movimiento continuo, lo único que necesitamos es hacernos un alto para penetrar hacia la profundidad, no podemos llegar a la profundidad sin pasar por la superficie, la superficie es la puesta de entrada.
Yo creo que se ha marcado el camino hacia la profundidad, muchos poetas, músicos, filósofos, religiones, grupos culturales y ciencias humanas nos han hablado sobre el camino hacia la profundidad, es decir, ha habido muchos testimonios de la misma experiencia.
Esas experiencias que nos dicen o nos indican que el final del camino hacia la profundidad es alegría. Porque la alegría es más profunda que el sufrimiento; la alegría es algo último y definitivo.
LA EXPERIENCIA
Hablar de experiencia, es algo complejo, porque la experiencia es el acto por el cual se toma conciencia de la propia relación con el mundo, consigo mismo, con el Absoluto trascendente, inmanente, como algo vivido históricamente, realizado no solamente pensado. Es pues, un concepto pluridimensional.
La experiencia tiene tres categorías:
La empírica: Es algo que todos podemos acceder a ello, "y abarca las percepciones inmediatas, precríticas, no sometidas a una reflexión, que componen a la vida cotidiana en nuestro contacto directo con el mundo que nos rodea". Esta primera parte es el punto de partida de todo conocimiento, pero es superficial, contiene elementos de una experiencia pero no una verdadera experiencia.
La experimental: Esto es lo contrario de lo anterior, porque se realiza reflexivamente y con un fin determinado dentro de condiciones previamente establecidas. Lo experimental es el instrumento del científico, porque a través de ello hace su estudio metódico y sistemático de los datos aportados por la experiencia empírica. Pero hay algo que el científico no puede someter a experimento y es específicamente lo humano, lo personal, no puede objetivarse, no puede reducirse a un dato directamente controlable, demostrable. Esta parte pasa a otra dimensión, se llama existencia.
La experiencial: Es parte de lo humano, lo personal que le llamamos existencial que esta incorporado a la totalidad de la experiencia humana, pues abarca varios dimensiones y niveles de la existencia misma. Que a continuación veremos los elementos de la experiencia existencial.
1. La experiencia se capta simultáneamente, la relación personal del sujeto que conoce con el objeto conocido. La toma de conciencia de la relación previa del sujeto con el objeto conocido, es reflejo de una situación en la que el hombre se encuentra implicado. Aquí supone la participación real del sujeto en el acontecimiento, lo cual implica la toma de conciencia de la alteridad del objeto conocido.
2. la experiencia requiere el encuentro inmediato con el objeto del conocimiento. Es conocimiento en cuanto que se me aparece, que cuanto que me es dado como manifestación inmediata, como algo que se me revela, que se da a conocer. La experiencia, pues, es presencia inmediata y directo de aquello que se muestra a si mismo.
3. la experiencia tiene su historicidad, su contexto social, es decir, no existe una experiencia aislada, abstracta, siempre la experiencia se da, donde esta situado el hombre. Precisamente la historicidad de la experiencia corresponde una apertura fundamental.
4. La experiencia se realiza en su historicidad, donde se da un cambio que se produce en el hombre, el cual a partir de su experiencia contempla el mundo y vive de diferente manera en él.
5. Las experiencias viven en la medida en que no están cerradas sino que permanecen en movimiento de apertura y esperanza. Es decir, bloquear una experiencia es no dejar crecer en conocimiento, al igual sustituir una experiencia por otra de tipo experimental es no tener apertura y esperanza. Hay que tener claro que la experiencia como forma de sabiduría nunca se agota. Y toda experiencia esta cruzada por la expectativa y el riesgo.
6. Lo que constituye la experiencia es el lenguaje. Considero que esta parte es fundamental y elemental porque es la que configura la existencia del estar en el mundo, del hacerse presente en el proceso abierto de la historia como un "yo" y no como cualquier objeto. El yo es para el otro en cuanto habla. El habla reside en el ser de la persona, es el que da identidad a la persona misma. El habla que se convierte en lenguaje es la clave para interpretar y comprender al otro. Ese lenguaje es un conjunto de códigos por lo tanto son signos, signos que son utilizados por el hombre para nombrar cosas. Por lo tanto esos signos no existen sino vehículos para expresar realidades y cosas.
Hasta aquí, hemos hecho un resumen de lo dicho por el Carlos Bravo, consideramos que lo empírico, lo experimental y lo experiencia o existencial son presupuestos elementales para un acercamiento a comprender nuestra fe. La fe por lo tanto, según nuestra interpretación tiene fases importantes: el cual, haremos un análisis de la fe genérica y la fe religiosa.
Partiremos desde el sentido del creer. Pues creer es tener una opción fundamental en la experiencia sobre algo o sobre alguien. Por ejemplo: creo que va llover – pues es la misma experiencia la que da una base para creer. O cuando decimos creo en ti. Lo decimos a partir de la experiencia. No se puede decir creo en Jesús sino se ha tenido la experiencia de Jesús. Aquí es notable, que es necesario construir la base de la fe a partir de la experiencia. Porque la fe brota de la experiencia, se fundamenta de la experiencia, es decir, la fe tiene como soporte a la experiencia.
Cuando acontece lo que es objeto del creer, ya no se cree, sino que se tiene certeza que brota de la evidencia o dominio del dato. La certeza no es fe porque es posterior a la fe. Por su naturaleza la fe descarta la evidencia. Dicho de otro modo, creer excluye la prueba o demostración.
¿Cuál es la relación entre fe y experiencia? A nuestro parecer todo creer supone una experiencia previa; pero nos corresponde interpretar esa experiencia. La experiencia es la condición para que haya fe. Porque todas las opciones razonables que hacemos o realizamos son actos de fe y su validez se demuestra en el proceso. Por ejemplo: un joven que tiene varias novias hace una opción razonable por una novia y durante el proceso del noviazgo comprueba la validez de la opción y se demuestra a través de la confianza y de ella misma se hace posible la entrega. Aquí es muy claro que la vida se desarrolla en la opción razonable, sin esa opción razonable o fe nadie se realiza. De esta experiencia cotidiana de una fe genérica podemos decir algo de la fe religiosa.
La fe religiosa: Es fe en un ser superior, en un absoluto trascendente, no importa como lo imagine, ni como lo llame. La fe genérica se refiere a los sentidos parciales; la fe religiosa se refiere al sentido total. La fe religiosa comienza donde termina la fe genérica. Es imposible tener fe religiosa si no se ha tenido fe genérica. La fe exige un compromiso, la fe religiosa exige no solo que Dios exista sino que sea posible comunicarse con él. No basta que exista, es necesario que el hombre tenga acceso a Dios y pueda unirse a él para encontrar en él su realización plena.
Antonio José Hernández
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