Se refiere a ciertas ciencias que hablan de Dios como lo es la religión y la Teología, y además la misma filosofía. Estando de la mano filosofía y religión. Considerado desde el punto de vista de la filosofía, pues se tiene que ver como ésta la hacen ver como que no se compadece de la fe en Dios y es manejada de esta forma en las lecciones de clase, filósofos incrédulos.
Quien conozca la historia
de la filosofía vera que es un error. Pues la idea de Dios desde los presocráticos fue un auténtico problema filosófico. Donde ha ido variando toda cuestión ante el planteamiento de Dios, llegando al ateísmo. Aparece ya en los siglos XVII y XVIII la neosofística, se da así misma en la crítica a la cultura y la sociedad, como ilustración o racionalismo, donde solo quedan ideologías causales de los fenómenos religiosos, libido bajo las cenizas e intereses enmascarados de poder.
El mismo materialismo dialéctico alardea hoy día de ateísmo. El marxismo ya lo había hecho desde siempre, pues parte por política y razón de la ilustración francesa. Saber realmente sobre la filosofía es menester partir desde los filósofos clásicos, desde Heráclito a Heidegger.
La idea de Dios se plantea desde la posibilidad de su sentido. Se busca entenderla, interpretarla, razonarla, y se trazan los límites del conocimiento humano respecto de Dios. Demostrando que los filósofos clásicos se han esforzado lo que el hombre comprende en su fe en Dios. La pregunta se centra sobre cuál es el Dios de los filósofos, con connotación del dios de platón, en cuanto a sus principios, como lo bueno en sí, el motor inmóvil, lo uno, lo absoluto, etc. teniendo todo esto un timbre muy teórico y abstracto.
El Dios al que los hombres dan culto es más real, más vivificante y creador como Padre para ellos. Mostrando el sentido místico con que se lleva esa relación con Dios ante planteamientos especulativos filosóficos. Además, Blas Pascal habla, que Dios es distinto de la sustancia infinita de Descartes. Pues el Dios de los Patriarcas es diferente al dios de los filósofos y de los sabios y Teólogos. Demostrando con ello que la conversión es una forma especial que cada individuo obtiene de signos distintos y ardientes.
Se puede con ello buscar una base común para integrarlos, como lo es la filosofía. Efectivamente, a la filosofía le interesa siempre que no se relativice la idea de Dios, con referencia a la idea de Dios, con referencias a cualesquiera visiones y ocurrencias o a usos y tradiciones santas. La experiencia religiosa no es un encuentro con Dios, sino con nosotros mismos, con nuestra historia cultural.
En el nacer de la fe en Dios necesitamos de la reflexión filosófica, pues nuestra fe no puede ser una fe ciega. Dios es un dios escondido. Con ello, manifestamos que es necesaria la reflexión ante la fe en Dios y ésta para tener una acción nuestra propia, humana, consciente y libre. De ahí parte el sentido que tiene la palabra en la historia como el hecho dialogal entre Dios y Hombre, manifestación propia del interactuar humano y que asiente con seguridad su fidelidad ante lo que se ha transmitido durante la misma historia.
Cusa habla sobre la verdad realizada en Dios, como la sabiduría de que el hombre necesita, o sea la sabiduría de si vida, y con ella la simbología que tiene el mundo dado por él. Acontece también adondequiera se filosofa auténticamente, y la teología permanece humana, aun cuando hable de lo que está por encima del hombre.
Mario Agudelo
Quien conozca la historia

El mismo materialismo dialéctico alardea hoy día de ateísmo. El marxismo ya lo había hecho desde siempre, pues parte por política y razón de la ilustración francesa. Saber realmente sobre la filosofía es menester partir desde los filósofos clásicos, desde Heráclito a Heidegger.
La idea de Dios se plantea desde la posibilidad de su sentido. Se busca entenderla, interpretarla, razonarla, y se trazan los límites del conocimiento humano respecto de Dios. Demostrando que los filósofos clásicos se han esforzado lo que el hombre comprende en su fe en Dios. La pregunta se centra sobre cuál es el Dios de los filósofos, con connotación del dios de platón, en cuanto a sus principios, como lo bueno en sí, el motor inmóvil, lo uno, lo absoluto, etc. teniendo todo esto un timbre muy teórico y abstracto.
El Dios al que los hombres dan culto es más real, más vivificante y creador como Padre para ellos. Mostrando el sentido místico con que se lleva esa relación con Dios ante planteamientos especulativos filosóficos. Además, Blas Pascal habla, que Dios es distinto de la sustancia infinita de Descartes. Pues el Dios de los Patriarcas es diferente al dios de los filósofos y de los sabios y Teólogos. Demostrando con ello que la conversión es una forma especial que cada individuo obtiene de signos distintos y ardientes.
Se puede con ello buscar una base común para integrarlos, como lo es la filosofía. Efectivamente, a la filosofía le interesa siempre que no se relativice la idea de Dios, con referencia a la idea de Dios, con referencias a cualesquiera visiones y ocurrencias o a usos y tradiciones santas. La experiencia religiosa no es un encuentro con Dios, sino con nosotros mismos, con nuestra historia cultural.
En el nacer de la fe en Dios necesitamos de la reflexión filosófica, pues nuestra fe no puede ser una fe ciega. Dios es un dios escondido. Con ello, manifestamos que es necesaria la reflexión ante la fe en Dios y ésta para tener una acción nuestra propia, humana, consciente y libre. De ahí parte el sentido que tiene la palabra en la historia como el hecho dialogal entre Dios y Hombre, manifestación propia del interactuar humano y que asiente con seguridad su fidelidad ante lo que se ha transmitido durante la misma historia.
Cusa habla sobre la verdad realizada en Dios, como la sabiduría de que el hombre necesita, o sea la sabiduría de si vida, y con ella la simbología que tiene el mundo dado por él. Acontece también adondequiera se filosofa auténticamente, y la teología permanece humana, aun cuando hable de lo que está por encima del hombre.
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